jueves, 22 de agosto de 2013

El alma de piedra

De pronto se aburrió de escribir acerca de escapar y vivir huyendo, así que recogió algunas cosas y salió para no volver. Por el camino se encontró con un desconocido. Se presentó como Soledad. Le prometió concederle 3 deseos si se quedaba con él. Pidió el poder del Olvido y el poder de mirar hacia delante. Se marchó dejando pendiente el último deseo. Solo siguió su camino. Se alejaba. Soledad lloró al verla marchar pero prometió volver a verla.
Destino fue un encuentro casual, sin buscarlo, tropezó con el sin saber como. También la quiso. Pero ella no quería detenerse. Siguió. Destino la miraba con sus ojos tristes y azules. No podía dejarla a su Suerte, decidió morir y convertirse en su ángel. Obligo a Suerte a estar a su lado. La protegió pero nunca más pudo vivir, ella no volvió a verle. Pero estará con ella en todos los mundos.

Y ella vivía. Protegida por el Destino. Con Suerte a su lado. Con Soledad siguiendo sus pasos. Cuando encontró a Amor. Él la amaba. Pasó su vida buscándola y por fin la encontró. Se miraron a los ojos y él supo que ella sería su vida. Vivía de ella. Contemplaba sus gestos, admiraba su valor. Bajó los ojos, vió el cuchillo en su pecho, pronunció su nombre una última vez. Y ella siguió su camino.


Un día de otoño una anciana llamó a Soledad. Perdón sería su último deseo. Llovía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario