¿Por qué no escribo? Porque esto se acaba. No tengo nada más que decir. Y no me gustan las despedidas. Parece que mi vida es una sucesión de finales inconslusos. Graduaciones. Hoy debería ser mi graduación. Una de ellas. Quizás la última. Y estoy tan lejos como soy capaz de estarlo. Físicamente.
Imagino a las personas. Con sus vidas firmes, cimentadas. Personas que acaban lo que empiezan. O que por lo menos lo continúan. Personas que no pasan media vida en un tren. O en un avión. Personas que no llevan la fecha de caducidad en sus muñecas. Algo que nunca sabré. Algo que todos a mi alrededor tienen. Lo que yo nunca tuve.
lunes, 2 de junio de 2014
Lo que nunca tuve
lunes, 21 de abril de 2014
Mis caminos ambiguos
- No. No quiere ver a nadie.
- Está bien. Que venga a verme cuando esté preparado para partir.
Día 1.
Solo un viajero. Su desgastada ropa, atemporal. El típico atuendo de una persona acostumbrada a lidiar con el clima. Una bolsa de viaje al hombro. Una vida. Tres fotos. Una mirada cansada, pero firme. Hay personas cuyo destino se escribe a través de interminables caminos, sin hogar ni patria, sin amigos ni recuerdos. Solo el camino.
Solo contra el mundo.
Solo.
Era extraño, sobre todo cuando paraba en algún lugar donde alguien pudiera reparar en ello. Era sincero pero le gustaba mentir. Era honrado pero sus caminos eran ambiguos. Era feliz pero no quería pensar, no quería recordar, no quería sentir demasiado. Las personas le defraudaban. No creía en el amor. Pero aún creía en la vida. Podía pasar horas mirando la lluvia. Pensando en dios sabe qué. Nunca contó lo que soñaba. Ni por qué despertaba a media noche inquieto. Ni qué buscaba. Cuando se iba no miraba atrás. Nunca volvió.
Si ya es triste quemar el pasado más lo es andar por los escombros con una llama en la mano buscando algo que olvidaste.
Vivir esperando los días, paso a paso, un día más, ya queda menos.
domingo, 20 de abril de 2014
Decisiones que se toman solas
sábado, 29 de marzo de 2014
Las vidas de Yenia
martes, 11 de marzo de 2014
Primera noche
Es hora de ver el trabajo que me espera. Al mirar por la ventana la veo. Sentada tras las teclas de un piano parece quieta. Sus manos permanecen sobre el teclado sin moverse. Parece estar esperando algo. Los ojos grandes, tristes, miran al frente. ¿Será posible que la hayan avisado de mi llegada? Por ahora parece normal.
Cajas, armarios vacíos, una maleta ¿Se va?
Hablamos. Aquella noche hablé con ella y lo entendí, las miradas de compasión, las maletas, las dimisiones sin sentido, el piano. Nos sentamos en el tejado de aquel edificio. Miraba la luna, que se reía de nosotros, miraba el silencio que reinaba alrededor. Miraba el aire que sabía a primavera y entendía su mirada.
Recuerdo su sonrisa. Aquella de "nunca me vas a conocer". ("¿Qué quieres? ¿Mi corazón? Ten, no lo necesito"). Con unas tijeras en la mano cortaba los hilos que la unían con las personas. Borraba pasados, sueños, vidas, olores y sensaciones. El mundo se detuvo. ¿Trece vidas?
"Nunca pensé que en la felicidad hubiera tanta tristeza" - Mario Benedetti
Pájaros
Pero dicen que la esperanza prevalece ante todo así que sigo buscando. Cada vez más lejos, más sola, con más peso en el alma. Esta vez será un gran paso. Tal vez siete mil kilómetros consigan lo que le cuesta tanto trabajo al tiempo.
domingo, 23 de febrero de 2014
Dos copos de nieve
Quince años han pasado desde entonces. Me siento mayor. Necesito mi tierra. Papá, mamá... ¿Qué habéis hecho? ¿Dónde busco ahora mi hogar? Me moriré de tristeza en algún lugar entre el mar y la nieve.
Tristes apátridas maleta en mano, de avión en avión, cambiando de vida cada año. ¿Me uniré a su número? ¿Vaya a donde vaya sentiré que mi hogar está lejos? Cómo no echar de menos a esta gente, abierta y cariñosa, gritona y viva, orgullosa y emotiva, con la que he compartido media vida... El sol tan intenso y el aroma del aire, los patios y los bares, el sonido de una guitarra flamenca en la oscuridad de la noche, el sonido del mar...
Pero pienso en la claridad de la primera nevada, que sume la ciudad en un limpio silencio, a los niños abrigados corriendo y jugando, el sonido sordo al romperse el hielo pisando charcos por la mañana, el deshielo en primavera y las primeras flores, las más fuertes, que más alegría dan. Y campos, y bosques, el olor de la madera y tanto espacio y libertad como uno pueda desear, y gente que entiende mi forma de pensar, de ser, de hablar... y sé que necesito volver.
viernes, 21 de febrero de 2014
La fugitiva
Hoy, mi nuevo ángel de la guarda presentó su dimisión. Este ha durado menos aún que su precedente. Los motivos, los mismos de siempre: jornadas laborales agotadoras, suspensión vacacional, ansiedad, estrés...
Aún recuerdo cuando mandaste al primero. Y cuando me senté a su lado en aquel bar, cuando me explicó por qué se iba, lo mucho que sentía dejarme sola, lo mucho que dolía vivir en mi mente, la agonía de pensar en no llegar a tiempo un solo instante de mi locura, la idea de no poder salvarme. Vació de golpe su copa, se levantó y no volví a verle. Pero la chica del espejo me cuenta que de vez en cuando, nota que la está mirando desde el otro lado. Que vuelve para asegurarse que los nuevos cumplen con su deber. Que el primero nunca se olvida, por muchos que vengan.
Un solo de piano a medianoche será mi tributo a tu partida. Esperaré en silencio.
martes, 18 de febrero de 2014
Hasta que la muerte nos separe
Cuando caiga la noche veremos el mismo cielo. Me seguirás por la calle y veremos las estrellas. O puede que baje la capucha y caminemos bajo la lluvia. Llegaré sola a casa y me recordarás que me quite la ropa mojada. Porque solo puedo contar contigo. Te miro en el espejo y sé que entiendes como me siento. Juntos hasta que la muerte nos separe.
domingo, 9 de febrero de 2014
Entre yo y el mar
Otro juego de miradas y otra alma en mi sótano, esperando una sonrisa para salir. Pero no era mi intención, solo jugaba. Necesito más gasolina para arreglar esto.
¿Que qué me hace llevar un registro de todos mis días desde hace años? Miedo. Miedo a que un día quiera recordar y no pueda.
lunes, 27 de enero de 2014
En algún mundo
Paso, paso, giro, reverencia y cambio de compañero - siguió sonando el vals.
lunes, 20 de enero de 2014
Trece cuentos
El sol se pone más temprano hoy. Anochece. Romper el silencio entre caladas será mi nuevo plan.
Perdido y solo, pero vivo y libre, sentado en aquel avión mirando el cielo, pensaba en lo poco convincente que parecía toda su vida. Tan lejos.
¿Será casualidad aquella preferencia? ¿Es la historia que me recuerda a mi vida y por eso me gusta tanto, o me gusta tanto la historia que mi vida se acaba pareciendo a ella? El final es largo, espero que sea eso.
¿Lo de los cuentos? Siempre son doce, el número trece no es como los demás.
lunes, 13 de enero de 2014
Cartas desde el exilio
"Las cartas que nunca mandé" es un proyecto de aquella parte de mi que quiso ser escritora, tal vez un día lo acabe.
Perdió la memoria en aquel accidente, y nadie supo decirle quien era, cómo vivía. Así que solo existió.
Y ella, que siempre tenía planes y soluciones para todo se quedó en blanco, sin saber que hacer. Vivió en blanco.
martes, 7 de enero de 2014
La vida de los lobos
Es muy importante que en todo momento sepamos que podemos irnos si queremos. Un pez en una pecera pequeña es infeliz, necesita mas espacio, y si lo pones en una pecera un poco mas grande tarde o temprano querra mas espacio. Sin embargo si lo sueltas en el mar, tan amplio a su parecer, vivira y se alimentara alrededor de un coral poco mas grande que su vieja pecera. El espacio es el mismo pero ahora el pez es feliz. Es algo tan banal pero importante...
Un último par de alas en mi armario esperando a que las quemeis.
Estoy bien... Es solo que... nadie me ha salvado.
No quieras saber lo que me ha pasado estos años.
El mundo sigue con su rutina de saltos mortales, olvidando a las personas que vivimos en el. Los vacíos hacen mella en la lógica de los acontecimientos. Los relleno con humo y mercurio. La mente clara y sin recuerdos, y mi tabaco, cada vez más verde.
Cuanto mas la miraba menos sentido tenia su vida, asique cerro los ojos y gasto su mundo en volar.
Con los que me han olvidado podria formar un ejercito.
Hay hilos. Hilos que nos unen a todos, y creo que nadie mas los ve. Cuando pasas al lado de una persona por la calle y vuestras miradas se cruzan un hilo une para siempre vuestras vidas, se entrelaza por lejos que esteis. Cuando piensas en una persona que hace años no ves existe un hilo que une las dos vidas.
Mi mundo se esta gastando.
Dicen que no has vivido de verdad hasta que has emborrachado con chinos. Doy fe.
Hay cada vez mas fallos en el sistema, parece estar a punto de desmoronarse. Las situaciones que vivo son tan absurdas que rozan el ridículo.
Y las personas... hay tantas personas alrededor. Cada segundo repetir que esto es real pero notar el sueño y no saber si quiero despertar, porque soy feliz y si no lo soy realmente permanezco en feliz ignorancia. Para que despertar el mal que duerme? Dicen que hay que vivir, y da miedo ver el disolvente que funde las metas y sueños a trozos tan pequeños que solo se nota si al final miras atrás. Los saltos, cada vez se hace mas obvio que no es real, nada lo es, pero seguire simulando que aun no me he dado cuenta.
Seguiremos jugando al escondite eternamente? Con todos? Quien la lleva? Soy yo? Quien mas esta jugando? He visto sombras...
Se me ha contraido la capacidad de sentir, ahora no puedo con un sentimiento tamaño estandar, me desborda.
Cuanto puede vivir una persona sin estar viva? Como despertar si no hay nada en el mundo que consiga dar sentido a la vigilia? Suena demasiado mal para lo que pretendía decir, pero la idea es esa.
Y pequeños placeres, el de un ananecer silencioso y solitario, volver a casa bajo la lluvia, vivir como batman en su cueva si se dejase de intentar salvar el mundo, tomar cafe cada mañana en el mismo bar de carretera, apagar el movil sin mas, dejar de notar tantos matices en las personas, de percibir tanto.
Y trenes, trenes que me llevan desde el lugar en el que no deberia estar al lugar donde no deberia volver, y de vuelta...