martes, 26 de febrero de 2013

Capitán

No puedes vivir si nunca has muerto. La lluvia cuenta una historia, un cuento sobre una niña que quería volar,  quería mirar la ciudad desde arriba y elevarse por encima de las nubes, sentir oxígeno en los pulmones, sorprender.
Encontrar un lugar en el mundo no es tan difícil. Es importante establecer límites. Es importante ser libre. ¿Me recuerdas hace dos meses? ¿Soy yo? Asomarte por la vida de alguien en dos momentos distintos y ver a dos personas distintas, independientes, con diferentes vidas, sueños, esperanzas, ilusiones, objetivos, preocupaciones, intereses...
Sigue lloviendo.
Un capitán ronda mi mente, tan inquietante como absurdo, un puerto que no para de ir de lado a lado, y yo un barco que no sabe adonde ir primero. Pero no quiero un guía que me indique el camino, me querrá llevar con él y tres ya son demasiados en este mar.

lunes, 18 de febrero de 2013

Esperanza y vida


"Al atardecer del tercer día, la rara iluminación que durante sus libaciones transfiguraba el rostro de Sikrosio, pareció revivir ante él. Creyó oír en el viento restos de presagios, ecos de alguna incomprensible devastación y, al fin, la voz de su padre: Y de Occidente, hijo mío... el olvido"
Olvidado Rey Gudú

domingo, 10 de febrero de 2013

"Yo soy un sueño, un imposible (...)"

Estás en tu dormitorio. Miras alrededor y de pronto te das cuenta de que no hay juguetes. ¿Desde cuando sé cocinar? ¿Desde cuando no me da miedo la oscuridad? Sales de la habitación y no están tus padres, ni tu casa, ni tu ciudad, y miras por la ventana y llueve. No más juegos, esto es serio, pero no por eso peor. Sabes que te espera algo grandioso, estamos en edad de intercambiarnos autógrafos, ahora, que no nos cuesta nada.
Entro en la clase, avanzo por las filas de mesas y sillas, me siento tras la mesa del profesor sintiéndome una intrusa. Varios pares de ojos que me observan. Hace tan poco que era yo la que observaba al profesor... La que no prestaba atención en clase, mascaba chicle, bebía red bull, última fila y hablando o primera y toda oídos. Y ahora estoy aquí, observando la clase, pensando en cómo el mundo ha girado para que acabe así. ¿Cuántos años tengo?
Quiero salir con un filósofo y que me explique, por favor, las desventajas del amor cartesiano. Una vez existió, muy lejos, un país en el que las personas al saludarse se decían en lugar de "¿Qué tal?" - ¿Eres feliz?
De mi boca sin embargo, escapa el "¿Qué tal?" antes de que mi mente lo frene con "¡Pero si no te importa!", y tengo que aguardar pacientemente mientras acaba la formalidad.

Mono malvado

 ¿Católico...? ¡Ah!, pero ¿todavía se cree en Dios? ¿En qué maldito siglo estamos? ¿Que lo respete? Si te digo, ese mono de allí, si, si, ese de la palmera, que se está comiendo un plátano. Está leyendo nuestros pensamientos ahora mismo y planeando destruir el universo. No te rías, es una creencia, respétalo. Lo respetas, pero te alejas de mí con precaución. No sea que me dé por sacrificarte en honor al mono. ¿Se entiende mi posición?

sábado, 9 de febrero de 2013

Más sinceridades


Deseo, que quema el cuerpo, los cuerpos, consume la fuerza de voluntad, el sentido, la razón, es otro tipo de fuego, destructivo, insolente, frío.
Si tengo algo especial no consigo encontrarlo. No tengo nada que no tengan todos. Todo junto tal vez sea más raro. Todo a la vez. Claro que luego está la contradicción. ¡Cómo no iba a ser contradictoria! Pregúntame algo, lo que sea, para darte cuenta. Tan despreocupada y blanca viviendo en un campo de margaritas entre nubes como una zorra malvada que ama la destrucción y se divierte jugando a derribar muros. Puedo enseñarte la forma en la que las nubes se juntan formando dibujos, puedo enseñarte a sacar felicidad del mayor desastre de tu vida, puedo gritar de miedo al ver a un bicho y ponerme triste porque lo mates. O puedo traerte a la oscuridad, llevarte de putas, fumar contigo, llevarte a la cama o gritar que te vayas, reír mientras nos besamos. Elige.

Asolas con María (2ª parte)



 ***
Todos escriben sobre el mundo, sobre lo que pasa fuera, sobre la sociedad, la política, las relaciones, los lugares, películas, música, personas, formas de pensar en general… Yo no. Desde mi egocentrismo idólatra toda mi actividad cerebral se centra en mi persona. Lo que pienso, lo que siento, lo que quiero… Parece mentira que esto coexista con la falta absoluta de transparencia de mi fuero interno. Es decir. Soy incapaz de ser sincera. Ni siquiera en pensamientos. Por eso no pienso, ¿para qué? Si voy a mentirme. Ni hablar queda del resto del mundo, la gente que se comunica conmigo. La gente que lo intenta (hay gente que lo intenta!). Ni aun aquellos más observadores que ven detalles que el resto obvía. La garganta arde cada vez menos. Luego el mundo para de girar y hay que volver a empezar. Cerrar los ojos y mirar alrededor. Olvidar. El tiempo tiene que pasar. Es una tontería pedir que se detenga. Necesito que avance. Hace un mes exactamente deseé perder los dos años siguientes de mi vida. Deseé que pasaran sin vivirlos. Ahora no pienso lo mismo. Sé que necesito vivirlos. Y pasan los días. Tan felices, tan vacíos de pensamientos. Comodidad psicológica rebosante. Sentir miedo a la proximidad y disfrutar de ese miedo. Esta mañana he pasado unos diez minutos sacando fotos a las puertas de mi armario. Me gustaba cómo le quedaba la luz del sol.
La meta es romper tus defensas. Destuir el muro al lado de la puerta, tal vez abierta. Dejar el agujero e irme sin entrar. Suplicar otra oportunidad y cuando te la concedan rechazarla y desaparecer victorioso. Niebla, un castillo de luces en la costa. Sólo luces en la niebla. Un camino hacia la nada. Uno de los recuerdos más nítidos de mi infancia. ¿Qué infancia? Hace muchos años que no recuerdo nada de ella.
¿Podría acostumbrarme a (…)? Claro que no. En cuanto tenga la costumbre comenzaré a destruirla. Me hace feliz. Todo. ¿Consejos? ¿Que quiero abarcar demasiado? Creía que había dejado claro lo que pienso de los consejos. Todos saben de antemano lo que van a hacer. Nadie necesita consejo. Mucho menos los que lo piden. Yo no pido nada. No necesito nada. Estoy bien. ¿Por qué nadie me cree? Estoy bien. No imagino una existencia mejor. Una última vez más. Borrarlo todo. Perdonar la insolencia pero condenar el perdón. Frases cortas, ¿énfasis? No, hastío. Pereza. Estoy bien, y no quiero que me creáis. Abrid las puertas. Quiero fingir que entro. Subid las defensas, lo divertido es derribarlas. Nadie quiere quedarse en medio de unas ruinas. Queda tan poco tiempo, 4 meses y subo de nivel.
Vamos a cuestionar opiniones. Ya que no quiero dar la mía (no la sé, no me la he querido contar). Cuando estoy frente a la más jodida realidad me cohíbo, prefiero estar aquí dentro. No salir, no hablar, mejor, no decír. Las personas cambian poco a poco, es una opinión, las personas cambian a ostias, es otra. Cambiar a ostias, de golpe en golpe, estar como una cabra y despertar una y otra vez, volver a dormir. Escuchar como el silencio susurra lo que hay que decir. Como en el cielo ver la niebla y soñar, oír, y conseguir porfin entenderte, entenderos. Estar de acuerdo o sentir aversión, estar cerca y distante o lejos y tan presente como una noche en la que una de las dos personas fumaba. No es lo mejor que he escrito, pero me resbala. No leas. ¿No me sigues? Que importa. Y no todo, solo una parte del texto te pertenece. Y esfumarse. Como siempre.
Una noche con estrellas, mitad las de siempre, mitad nuevas. Otra disposición demasiado cercana. Escojo una y esa es a la que le pido deseos aquí. No se porque La que más brille. Deseos dispersos, dispares, locos. Voy a realizar lo que en principio era mentira. Algo estúpido, pero no tanto. Otra pincelada de locura, pero de tono caoba claro, verdáceo al sol. El lienzo queda extraño, difuminado. Con lo que llevo es suficiente.
Levanto una copa en la mano, brindando por los dos.

viernes, 8 de febrero de 2013

Para que nada nos separe, que no nos una nada.

Un poco de ayuda para sincerarme y allá vamos. ¿Cabe la nostalgia allá donde no caben los recuerdos? Pensamientos aislados. Buscar dobles sentidos allí donde no los hay. Leer algo e imaginar ser la causa, querer ser la causa de lo escrito, porque es agradable, porque daría algo nuevo en que pensar. Algo nuevo que sentir. El humo me distrae. Despertar lejos de aquí, pasión y locura. Besar sin pensar en nada, con la mente en blanco, abandonar los cálculos, las notas mentales, las restricciones. No sabes nada. Salir a la calle y sonreír, pero siempre buscar más. Es enfermizo. Ideas fijas. Esperar, tanto, a todo, me gustaría que todo fuera inmediato pero se que eso le quitaría la gracia. Decisiones importantes, proyectos, vidas distantes, canciones. Ser mayor. Y al otro lado, en el fin del mundo tanto. Y tan distinto, incomprensible. Puertos seguros, barcos pirata.
Los niños quieren crecer deprisa, ser mayores. Las niñas pequeñas se pintan con el maquillaje de sus madres. Se visten con la ropa de los mayores y se ríen. ¿Qué pasaría si de verdad se hicieran mayores? Si de pronto se encuentran solos, responsables, libres...
Hablar de política es aburrido. Hablar de amor está demasiado visto. De recuerdos prohibido. De futuro gastado. De dinero mal visto. ¿Qué queda? ¿Filosofía? ¿Para qué? No sabría qué añadir al gran escrito de anoche.
Poco a poco los días se vuelven retos, las noches cortas, sólo las uso para intentar recuperar la consciencia para el día siguiente. Hoy es distinto. Es una excepción. Un poco de paz en medio del caos. Una paz forzada pero necesaria. Querría más. Tengo que ser más valiente.

jueves, 7 de febrero de 2013

Edad

El tiempo avanza y empiezo a sentirme mayor.Me da miedo pensar en que no me dará tiempo a hacer todo lo que quiero. No quiero seguir cumpliendo años, ver envejecer a la gente de mi entorno, ver crecer a mis hermanos... Si pudiera detener el tiempo unas décadas, avanzar en mis propósitos, y que vuelva a correr. Y vivir a partir de allí, pero aún siendo joven. Porque ya no me siento joven, aunque debería. ¿Donde he estado estos tres últimos años? ¿Y mi vida? ¿Por qué soy feliz tan tarde? ¿Por qué no he aprovechado mejor el tiempo que he tenido? He podido hacerlo mucho mejor. Pero he tardado demasiado. Y más que estoy tardando. Tengo que darme prisa. Una carrera contra reloj. Pronto es mi cumpleaños. Demasiadas velas.

lunes, 4 de febrero de 2013

Casi doce minutos

Estoy leyendo un libro. Un libro triste, a su modo.Y me hace pensar en muchas cosas. En la vida de las personas, en mi vida, en las oportunidades, las decisiones tomadas... No es malo, pensar de forma superficial, sin indagar, intuitivamente. Un ataque fortuito de pensamientos superficiales y vuelta al interior del tanque. Vamos a por todas. No basta con ser uno más viviendo por ahí, hay que esforzarse.