sábado, 17 de agosto de 2013
Quién le devolviera la cordura
Fallos, uno tras otro, y otro, y otro más. El sistema empieza a colapsar, el caos da paso a la improvisación. Da miedo la rapidez y exactitud con la que se cumple lo que me propongo. El mundo se transforma, la forma de vida cambia y hay que adaptarse, o no, también se puede ir cambiando junto al mundo, entonces no hace falta adaptarse. Las casualidades se unen de forma armónica al desorden imperante, pero creo que estoy demasiado cerca para ver el cuadro con claridad. Y si, los puentes han ardido, solo quedan cenizas.
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