martes, 10 de septiembre de 2013

Aire salado

Se rumorea que ha vuelto a la ciudad. Nadie sabe por qué. Nadie sabe cuanto tiempo se quedará. Solo la han visto pasar, escondiendo la mirada, intentando ser invisibe. Tiene buen aspecto, le ha sentado bien irse. Parece feliz. Pero está diferente. Es como llamar a la puerta de una casa antigua, donde ya no vive nadie, intentando encontrar a tu amigo de la infancia, pero su familia se mudó hace tiempo, y no existía internet, y no tienes su número de telefono. No volverás a verle. Y la casa se llena de polvo, el jardín de maleza. Los niños tienen miedo de jugar cerca, se dice que está encantada. Un día la compra un empresario rico, hace obras y se instala con su joven esposa.

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